Cárcel de carne fuistes de mis ilusiones.
Horizonte sin fín donde voló mi ambición.
Volcán siempre activo de mis locas pasiones
y en mi sangre, demonio que amé como a un Dios.
Tengo tu rostro clavado en mis ojos.
Si cierro los párpados te adentras aún más.
Si pienso no pienso más que en tus palabras.
Si me abro el alma, allí entera estás.
Si vivo no vivo más que de recuerdos.
Si bebo no bebo más que pá olvidar.
Si olvido me olvido hasta de mi nombre
y cuando me hablan no sé de que hablar.
Y siento el dolor tan dentro en mi alma
que pienso que nunca ya me ha de dejar.
Pues creo que he caído pá siempre en desgracia
y que el amor a mi puerta jamás volverá.