Vamos a piñon fijo buscando sin pudor alguno nuestra ruina con desesperación.
Queremos llegar antes, tener mucho y rápido y si puede ser más que el vecino mejor.
Nos consumimos por dentro mientras no dejamos de consumir todo lo que nos ponen.
Damos vueltas en círculo creyendo avanzar dejándonos lo mejor en el camino.
Creemos ser dioses y el único poder que tenemos es el de la autodestrucción.
Somos un rebaño de lobos camino del matadero del egoísmo y la insolaridad.
Nos quejamos cuando nos dan más despreciamos el dolor ajeno.
Nunca pensamos en que llegará nuestra hora
cuando ésta ya está marcada en el calendario.
Y nos creemos ser únicos
cuando la única certeza que tenemos
es que por el momento, no hay nada peor en todo el universo.
Armak de Odelot