Hoy recuerdo desnudo de coraje
desde el triste torreón de mi agonía,
con nostalgia, el más mágico paraje,
el que nunca jamás pensé se iría.
Por mañanas de color y fantasía
de ilusión bajo el sueño por ropaje
cuando el alma era todo mediodía
y su luz el más puro y bello traje.
Nunca más al nacer el nuevo día
ya os tendré entre mi ropa de viaje
ni tampoco conmigo la alegría
de aquellos viejos albas de coraje
que fueron del camino de mi hombría
la infantil inocencia del paisaje.