Es tan simple decirte que te quiero.
que un caudal de vocablos tengo en guardia
nadie diga que no estoy a la vanguardia
ni engalano a mi amada con esmero.
De las cuitas del amor soy el primero
adornando el fulgor en retaguardia,
a fuego lento horneando taquicardia
flameada con flumígero lucero.
Rimbombante hago el traje a la medida
de su ansia desmedida de flirteo
Con mil pompas de boato y bienvenida
rebozadas con lujuria y deseo
hasta arder en el cáliz que la vida
lanza al alma entregada cuán Romeo.